sábado, 26 de febrero de 2011

ORACIÓN DEL BICENTENARIO

En un esfuerzo de acompañar a los educadores Católicos del Uruguay, y muy especialmente en este tiempo de celebración y júbilo, ponemos a consideración de todos la oración propuesta por Audec en este Bicentenario del proceso independentista del Uruguay.


ORACIÓN DEL BICENTENARIO

¡Gracias, Señor, por la tierra que nos diste,
este hermoso lugar en el mundo!
Gracias por sus ríos caudalosos y sus amplias playas;
por sus campos fecundos y sus extensas cuchillas;
por sus ciudades, a escala humana,
y, sobre todo, por la gente que la habita.
Ayúdanos a vivir en este suelo
como hermanos unidos y como hijos tuyos.

Al hacer memoria del Bicentenario de nuestra Patria,
te agradecemos por todos los que trabajaron para construirla,
comprometidos con el bien común, en un proyecto compartido:
hombres y mujeres, indios, gauchos y chacreros,
blancos y negros, pobres y ricos.

Nos regalaste una tierra generosa,
para que creciéramos en ella como un verdadero pueblo,
donde todos tengan lo necesario para una existencia digna
y donde se viva la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad.

Bendice y haz productivo el trabajo de nuestras manos:
de los que están en las fábricas y en el campo,
en las oficinas y en las rutas,
en los centros educativos y en los hogares.
Consuela a los que están lejos de sus seres queridos.
Sostiene a quienes no tienen trabajo
y a los que dejaron el país en busca de nuevas oportunidades.

Tú eres la fuente de toda vida. Protege a nuestras familias,

para que en ellas nazca y se defienda la vida humana.
Acompaña a las madres y a los padres en su misión de educadores.
A los niños, concédeles crecer en sabiduría y gracia.
Guía a los jóvenes, especialmente en sus opciones vocacionales.
Que los mayores y los enfermos encuentren atención, cariño y consuelo.

Fortalece, Señor, las voluntades e ilumina las mentes
de los que tienen responsabilidad sobre el destino de nuestra gente:
del presidente, de los ministros y los gobernantes;
de los legisladores y de los que ejercen la justicia;
de los que conducen la educación y de los que dirigen la economía;
de los obispos y de los sacerdotes.
Que todos sean servidores de tu pueblo
y busquen continuamente
que “los más infelices sean los más privilegiados”.

Señor, danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu,
que encienda en nosotros el amor que construye fraternidad
y nos regale la capacidad de testimoniar públicamente
nuestro ser de cristianos.

A María, tu Madre y nuestra Madre,
Virgen de los Treinta y Tres Orientales,
le confiamos este pueblo peregrino que celebra su Bicentenario,
para que todos lleguemos a la Patria del Cielo
que tu Hijo nos tiene preparada.

Amén.

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Directorio para la catequesis 1

  Directorio para la Catequesis. Capítulo 1 Terminamos rezando.