miércoles, 9 de junio de 2010

JESÚS, LUZ DEL MUNDO


Jesús, la luz del mundo.
La luz corresponde a un anhelo primordial de la persona humana, anhelo de vida y felicidad. Una persona que nos ama es para nosotros un rayo de luz en la vida. La luz es el símbolo para el conocimiento e iluminación. Desde siempre la humanidad desea la iluminación. Sobre todo entre los agnósticos estaba muy extendido este anhelo: "Tiene que haber más de lo que hay. "

San Juan 10, 12
Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo:
«Yo soy la luz del mundo.
El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la Vida»


Los que conducimos solemos hacernos dependientes de una buena luz que ilumine nuestro camino. Sin ella, es fácil perderse, arremeter contra baches y lomas, sufrir una gran tensión. El camino se hace lento y cansador.
En la vida también es necesario conducirnos con un buen faro piloto. Jesús nos dice, “Yo soy la luz del mundo”

¿Qué momentos de nuestra vida creemos que puede iluminarnos Jesús?

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¿En cuales se hace más necesaria su guía?

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¿De qué manera nos podemos asegurar de que la luz que seguimos es la de Jesús y no la del consumismo o del que dirán?

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Rezamos en familia: SALMO DE MI ESPERANZA.


El Señor es la defensa de mi vida
ante quién temblaré?
Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá;
aunque una guerra estalle contra mí,
no perderé la confianza.
Solamente una cosa pido a Dios,
y por ella suspiro: habitar en la casa del Señor, todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor,
contemplando al fin su rostro.
El Señor me guardará en su Morada
en la hora del peligro; me pondrá en lo más oculto de su casa, me afirmará
sobre la roca, y al elevarle sacrificios de alabanza cantaré para su nombre.
Ahora escucha, Señor, mi voz que clama, ten piedad, y respóndeme; mi corazón me dice: "Busca su rostro"; tu rostro busco, no me lo ocultes, y no rechaces con cólera a tu siervo, Tú que eres mi auxilio.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Tú me recibirías, indícame, Señor, tu camino, guíame por senda llana, para que llegue a contemplar tu bondad en la tierra de la vida.


La sal y la luz del mundo
13 "Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa cualidad, ya no sirve para nada, sino para tirarla afuera y que la gente la pisotee.
14 "Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver.15 Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa.16 De la misma manera, su conducta debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así las verán los demás y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.

Padrenuestro y Señal de la cruz

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Directorio para la catequesis 1

  Directorio para la Catequesis. Capítulo 1 Terminamos rezando.