viernes, 10 de junio de 2011

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

CON JESÚS…SIN “MEZCLAR LOS TANTOS”

Hoy, en esta fiesta de la Ascensión del Señor, la Buena Noticia nos recuerda algunas cosas.
“Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista”. Jesús ha “subido a la derecha” de Dios, ha ascendido. Con esto se dice que Jesús está con Dios, en su trascendencia, en su misterio. Pero ha subido con nuestra humanidad. Por lo tanto nos muestra y asegura el camino al que todos estamos llamados. Jesús es Dios y por lo tanto siempre nos resultará un poco “lejano” 
“Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Pareciera que fuera negación de lo afirmado antes, pero no lo es. Jesús asegura su presencia, su cercanía, promete estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Jesús se nos presentará siempre “cercano”.
¨      ¿Cómo es nuestra relación con este Jesús, que es aquel que está a la derecha del Padre, que es Dios, que siempre será un misterio inagotable, y eso combinado con el mismo Jesús cercano, presente siempre en el mundo, a nuestro lado?.
Hoy, se nos invita a experimentar la “lejanía”, la “trascendencia” de Dios y a la vez la “cercanía” de Dios, su presencia en el mundo.
Vivir nuestra fe en Jesús., integrando bien estas dos facetas nos ayudará a una acertada relación con Jesús y con Dios Padre. Nos evitará los dos extremos, a veces no tan poco  frecuentes: un Dios lejano, tan lejano que parece que nada tiene que ver con nosotros, parece que “se ha ido”, o el otro, un Dios tan cercano, que es como uno más de nosotros, quedando empequeñecido, reducido, aprisionado en nuestros esquemas, a nuestra medida.
Siempre viviremos nuestra relación con Jesús, en esta tensión dialéctica: de lejanía – de cercanía.
Se trata de estar con Jesús, “sin mezclar los tantos”.
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Rega.
(Raúl Esteban García Aparicio)
"Por favor, perdón y gracias. Tres palabras mágicas para la vida y el corazón"

lunes, 6 de junio de 2011

¿”Suerte, en pila”?
VI Domingo de Pascua.
(Jn 14, 15-21)

“Suerte, en pila”, es ya una expresión frecuente en nuestro medio, y también…en “ámbitos” cristianos. Con lo cual, surge la pregunta: ¿Cómo cristianos creemos en la suerte? ¿Es compatible con nuestra fe, la confianza en la suerte?.

Basado en la Palabra proclamada, me arriesgo a decir que creer en la suerte como factor de explicación de lo que sucede es regirse por los criterios del mundo. Moverse con los criterios de la fortuna y del éxito conlleva sucumbir a una mirada que no percibe la misteriosa acción del Espíritu Santo en nuestra historia. Es hacernos merecedores de la sentencia de Jesús, cuando se refiere al Espíritu Santo: “El mundo no puede recibirlo porque no lo percibe ni lo conoce”. Quién atribuye la marcha de la historia a la suerte o al mero esfuerzo personal, queda miope de percepción al Espíritu.

¨ ¿Has usado o usas, la expresión “Suerte, en pila”?
¿Qué tan arraigado está en ti lo que en el fondo expresa y dice acerca de quién y cómo conduce la historia?.

Hoy, Jesús nos recuerda la presencia del Espíritu Santo, vivo, operante entre nosotros. Qué hermoso lo que nos dice: “Yo le pediré al Padre que les dé otro abogado que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad…No los dejaré desamparados, volveré”. Qué hermoso sentirnos protegidos, cuidados, por su presencia. Vivimos, como dice el salmo, “al amparo de Dios”.

¨ ¿Te percibes “amparado”, protegido, por Dios?
¨ ¿De dónde viene entonces la falta de percepción del Espíritu?

Jesús nos da la clave para percibirlo: “Ustedes, en cambio, lo conocen, porque vive ya con ustedes y está entre ustedes”.
Percibir al Espíritu, seguro es mucho don de Dios, pero sobretodo haber hecho la experiencia de que en nuestra vida hay situaciones en que hubo mucho más que suerte y buena fortuna. Hubo un “no se qué” (solemos decir) que provocó cosas “inexplicables”:
- ¿Qué hizo que aquel/lla joven soportara la crisis de sentido y pidiera ayuda?
- ¿Qué hizo que aquel/lla joven por naturaleza tímido e introvertido lograra expresarse y liberarse
cuando todos los caminos se cerraban?
- ¿Qué hizo que aquel/lla joven lograra decir las palabras que jamás imaginó poder expresar para
encontrar caminos de liberación?
- ¿Qué explica esa palabra tan oportuna dada en medio de momentos de mucha agitación y
tensión, y que sostuvo, guió y amparó a quien la necesitaba?
- ¿Qué explica que aquella persona se atravesara en el camino de aquella otra que justo la
necesitaba?
- ¿Qué explica que en momentos en que tocamos fondo seamos impulsados por una fuerza que no
sabemos de donde proviene?
- ¿Qué explica que aquél el más débil, sea el más valiente cuando las “papas queman”?
- ¿Qué explica que se entregue la vida y en ocasiones de manera violenta?.

¨ ¿Te identificas con alguna de éstas situaciones?
¿Con cuál/es? Revísala, pásala por el corazón. ¿Qué otras puedes agregar?

La lista podría seguir. Por mi parte puedo asegurarte que he experimentado estas cosas, de un lado y de otro. Confieso que he experimentado, he visto y veo la acción del Espíritu en mi vida, y más hermoso aún, en la vida de los jóvenes. Situaciones las cuales conllevan dos cosas esenciales: Paz y Libertad. Los signos por excelencia del Espíritu.
Por esto, creo firmemente que la suerte no es en lo más mínimo un factor explicativo válido del devenir de nuestra historia, de lo que nos va pasando.
Pues bien. No creo en la suerte, ni “a secas, ni en pila”. Sí, “creo pila en el Espíritu Santo”.

¨ ¿Cómo te suena eso de “creer pila en el Espíritu Santo” en vez de “suerte en pila”?
¿Qué expresión podrías crearte para expresar este “pasaje” de expresión?.

Te comparto, e invito a que culminemos rezando, una oración que hace ya mucho rezo diariamente y cuando hay circunstancias especiales me ayuda a pedir la asistencia, la defensa, del Espíritu Santo:

“Oh Rey Celestial Consolador, Espíritu de la Verdad,
que estás presente en todas partes y lo llenas todo;
Tesoro de Vida y dador de Bienes, ven y mora en nosotros,
purifica nuestras manchas y llena nuestra almas tú que eres Bondad.
Amén.

Rega.
(Raúl Esteban García Aparicio sdb)
"Por favor, perdón y gracias. Tres palabras mágicas para la vida y el corazón"

Directorio para la catequesis 1

  Directorio para la Catequesis. Capítulo 1 Terminamos rezando.